Los enseres de las familias afectadas por la inundación estaban apilados sobre el césped, junto a la cancha de juegos. A las 06:52 de este lunes 13 de abril del 2020, los vecinos caminaban sobre lodo, asustados lo que ocurrió la tarde del domingo 12 de abril, ayer cuando se produjo el desbordamiento del río Caupicho, en la quebrada El Capulí.
Luis Quingatuña se encontraba en la casa almorzando con sus seis hijos cuando observó a los vecinos correr desesperados. Le llamaron por teléfono para pedirle que hiciera lo mismo, pese a que en la ciudad rigen medidas de restricción de circulación, por la cuarentena frente al covid-19 y un toque de queda nacional desde las 14:00 hasta las 05:00.
En minutos, el agua había ingresado a su domicilio, Luis apenas alcanzó a salir. Perdió una cocina, la cama, colchones, entre otros bienes. “Gracias al COE que vino a las 02:00 a dejarnos unas cobijas, tuvimos con qué abrigarnos”. Las lluvias del sábado y domingo afectaron a los barrios Lucha de los Pobres, Nueva Esperanza y Paraíso, en el sur de Quito.
Bolívar Silva perdió todo lo que tenía. “Mi casa fue la primera que se afectó. Escuchamos un fuerte ruido y salimos rápidamente con mis nietos. “Se destruyeron hasta las frazadas, no tengo en dónde vivir”.
Equipos del Municipio y el Cuerpo de Bomberos de Quito inspeccionaron la zona hoy desde muy temprano. Los uniformados se ubicaron en las calles 21 de Agosto y E1-F del barrio Lucha de los Pobres para limpiar el lugar y luego retirar el contenedor atrapado en la boca del túnel.
En los barrios La Esperanza y Paraíso, los moradores se levantaron temprano para limpiar el lodo que se acumuló en los inmuebles. César Díaz, secretario de Seguridad del Municipio, indicó que el desbordamiento se produjo por la acumulación de basura en las zonas altas de las quebradas. “Hubo un taponamiento de la capacidad hidráulica de los colectores”. La estructura de dos viviendas se destruyó por la fuerza del agua y quienes vivían allí fueron evacuados a los albergues.
No hubo heridos, tampoco fallecidos. Sin embargo, los moradores pidieron ayuda a las autoridades porque perdieron sus pertenencias. Tras la emergencia, en el ambiente se percibía mal olor y una gran cantidad de residuos se acumuló entre las casas.
Los vecinos limpiaban sus viviendas con escobas y trapeadores. Coincidieron que no es la primera vez que viven una emergencia de esa magnitud, por lo que pidieron a las autoridades que tome medidas para evitar hechos similares a futuro.
Fuente: Diario EL COMERCIO