Carlos Flores Santander, femicida sentenciado en tres instancias y hoy prófugo de la justicia, busca atenuar la condena impuesta por el crimen de Cristina Palacio, aunque apenas haya cumplido 5 de los 34 años de cárcel a los que fue sentenciado.
Desde la clandestinidad planteó un recurso extraordinario de revisión que se desarrollará la próxima semana en la Corte Nacional de Justicia.
Con un tono de voz desgastado, Sonia Salamea, madre de Palacio, contó su desazón al enterarse de que el asesino confeso y sentenciado de su hija pidió que se revise su sentencia.
Este caso de femicidio se remonta al 2017, cuando luego de estar desaparecida una semana, el cuerpo de Cristina Palacio fue encontrado en el embalse de Guachapala-Azuay. Familiares de la mujer universitaria denunciaron su desaparición el 28 de marzo y su cadáver fue hallado el 3 de abril.
El principal temor de la madre de la víctima es que en caso de que el Tribunal dé paso al pedido del sentenciado, todo quede en la impunidad.
El trámite que pidió Flores Santander a través de su abogado es para que el Tribunal revise el último fallo que en este caso fue de 34 años de cárcel. El primero podrá comparecer de manera virtual el próximo 22 de agosto a la diligencia.
Esto, a decir de Sonia Salamea, no es más que una nueva vulneración al caso de su hija.
Ella recordó que la pena no se cumplió en una cárcel de máxima seguridad, que en la cárcel de Azogues el acusado trabajó como asesor administrativo a pesar de tener un trastorno mental como sociópata y que una jueza de Manabí haya girado una boleta de libertad a su favor otorgándole medidas cautelares.
Este último hecho ocurrió el 2 de marzo pasado y desde ese entonces no aparece. El 25 de julio anterior, Carlos Flores fue incluido en la lista de los delincuentes más buscados del Ecuador, pero tampoco ha sido capturado.
Del tema Nidia Soliz, directora del Cabildo de las Mujeres de Cuenca, afirmó que cada vez que ocurren estas argucias legales “se vuelve a matar a Cristina” y a su familia. Por eso seguirán apoyando a las víctimas y presionando para que el caso no quede sin castigo.
Fuente: El Universo
