Lluvias provocan nuevo deslizamiento en socavón de Zaruma

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Los fuertes episodios de lluvias registrados durante las últimas 24 horas del fin de semana, del sábado 22 y domingo 23 de enero del 2022, en distintos sectores del litoral ecuatoriano, provocaron un nuevo deslizamiento de tierra en el socavón abierto el pasado 15 de diciembre en el centro de Zaruma, en la provincia de El Oro.

El deslave dejó en el aire parte de los cimientos de una casa, que quedó a punto del colapso, en una zona en la que cuatro viviendas han sido destruidas desde el hundimiento provocado por actividades mineras ilegales de vieja data bajo el subsuelo de la ciudad.

En Zaruma las mayores precipitaciones se registraron durante la tarde del 22 de enero, y el nuevo deslizamiento de material rocoso y tierra se registró entre la noche del sábado y la madrugada de este domingo 23.

El Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias informó que sus técnicos acudieron a la zona en la que se adelantan trabajos de remediación para realizar el monitoreo de la situación y articular medidas de seguridad.

El Instituto de Investigación Geológica y Energética (IIGE) realiza diariamente estudios que incluyen la recolección de muestras del suelo, monitoreo de grietas (medición de abertura y profundidad) y evaluación de la estabilidad del suelo, para analizar riesgos potenciales.

Los vecinos del centro de Zaruma echaron en falta una mayor protección del talud o la pendiente del hundimiento, que había sido cubierta con plástico de geomembranas y temen que las precipitaciones incidan en la paralización o retrasos de los trabajos de remediación. Las lluvias saturaron el suelo del socavón y desestabilizando el área provocando nuevos derrumbes.

El viceministro de Minas, Xavier Vera, explicó el viernes 21 a medios orenses que el socavón tiene 30 metros de diámetro (1,5 veces el tamaño de una cancha de tenis) y una profundidad de 25 metros, lo que representa a un edificio de unos 10 pisos.

Los trabajos de remediación, que en inicio se había informado que tomarían nueve meses, ahora se realizarán en el lapso de un año. “El socavón es el resultado de un colapso de una cavidad o hueco en el subsuelo, producto de la extracción ilícita de los minerales que están bajo la ciudad”, dijo el funcionario.

La primera fase busca colocar un tapón estructural inyectando arenas de relave con una mezcla de cemento en perforaciones de 25 centímetros de diámetro (hasta 72 metros de profundidad) a través de pozos construidos por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército.

El objetivo al fundir estas cavernas es sostener todo el trabajo de remediación posterior y evitar que se genere una falla interna que pudiera provocar más daños en la superficie, según explicó Vera.

La fase actual requiere llevar material y oxígeno por tubería (además de conectividad) a los técnicos que trabajan desde hace tres semanas bajo tierra y tomará hasta cuatro meses. Estas labores de ingeniería coincidirán con los meses de mayores lluvias en la Costa.

El área del hundimiento prevé ser estabilizada en una fase posterior con una estructura metálica, con micropilotes hincados de forma vertical y estructuras en diagonal, llamadas anclajes. Con ello se busca evitar nuevos deslizamientos y fallas estructurales en las casas de la zona de riesgo, según explicó el Viceministro.

Fuente: El Comercio