El tranvía prueba el sistema de boletaje para el pago del pasaje

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Este miércoles 20 de febrero, el proyecto tranvía de Cuenca inició las pruebas del sistema electrónico para el pago del pasaje urbano. Si bien el Concejo Cantonal aún no aprueba la tarifa, el sistema se calibró con una tarifa de USD 0,35.

Ese es el valor que determinó el estudio contratado por el Municipio de Cuenca, hace un año. El sistema operará con 40 máquinas expendedoras de boletos y 54 validadoras de monedas ubicadas en las 27 paradas de la ruta tranviaria de 21 kilómetros, entre ida y retorno.

Las máquinas están configuradas con el sistema general, Braille y de audio para personas con problemas auditivos. Los usuarios podrán pagar el pasaje con tarjeta o monedas de cinco, diez, 25 o 50 centavos, o un dólar; y billetes de USD 1, 5, 10 o 20. Al final se entrega el cambio.

Para las pruebas, los técnicos involucran a personas con diferentes tipos de discapacidad para comprobar su funcionamiento. Por ejemplo, no videntes para el sistema de escritura braille y personas con problemas auditivos por ajustar el volumen del audio.

Asimismo, participan usuarios con limitaciones físicas para comprobar la altura de las máquinas, el método de compra y que el acceso a las estaciones estén correctos. Estos pasajeros realizaron todo el proceso, desde la compra de pasajes hasta el ingreso a los tranvías.

A lo largo de la ruta -incluidas todas las estaciones- hay adoquines podotáctiles, que son una guía para la circulación de las personas con problemas visuales.

Para Rafael Auquilla, miembro de la Unidad de Educación Especial de Jóvenes y Adultos No Videntes, con estas pruebas se familiarizan con este nuevo y moderno sistema y les ayudará a tener menos dificultades –en marzo próximo- cuando empiece la operación comercial del tranvía.

Según Carolina Ormaza, directora técnica de la Unidad Operadora del Tranvía, estos ejercicios continuarán en los diferentes espacios, como las paradas con andén central, para que las personas conozcan e identifiquen los elementos instalados en las mismas.

Fuente: El Comercio